viernes, 14 de febrero de 2014

Tipos de jaula


Ahora que estás decidido a tener un hámster, lo primero será buscar su hábitat principal: la jaula. Existen muchos tipos, pero sobretodo hay que tener en cuenta que no todo lo que nos venden es apropiado para nuestro animalito.

En una escala de menos a más:

1. Jaula de barrotes


Son del tipo que podemos encontrar en cualquier bazar: jaulas con barrotes de alambre, apoyados sobre una superfície profunda (o a veces no tanto) de plástico. A simple vista son monísimas (¡Ayyy mira qué casita! ¡Colorines en los tubos!). 

Inconvenientes: el espacio de estas jaulas suele ser reducido. Pensemos que los hámsters en su hábitat natural disponen de metros y metros de tierra a su alrededor, y madrigueras. El hacerlos vivir en estas jaulas puede suponerles (no, seguro) un estrés. Las plataformas no son seguras: los hámsters, por naturaleza, se guían por olfato, no por vista.

Ventajas: podrás presumir de tener un juguetito mono en casa cuando te visiten tus amigos. Si te aburres mucho, podrás dedicarte a limpiar los dichosos tubitos, que terminan siendo un ecosistema de bacterias.



2. Jaula de plástico

A veces es híbrida y se compone parte de barrotes/parte de plástico. La base también es de plástico y muy sólida. 


Inconvenientes: similares a la jaula de barrotes en cuanto a espacio vital (este modelo en concreto es incluso más pequeño...). Las que son completamente de plástico no tienen la ventilación suficiente, pudiendo ocasionar desde enfermedades hasta algo tan básico como es el olor que llega a desprender.

Ventajas: debido a su tamaño y a la pequeña asa que suelen incoporar, pueden usarse en determinadas ocasiones como un transportín, o como lugar provisional para realizar tareas en la jaula de verdad (por ejemplo, mientras la limpiamos).



3. Jaula pecera - acuario

Se trata simple y llanamente de rellenar una pecera con elementos para hámster: bebedero, rueda, material para el suelo, juguetes....


Inconvenientes: principalmente su falta de ventilación. Habrá que estar muy atentos a los movimientos que hace nuestro hámster e ir cambiando zonas críticas (como la zona de comida) cada poco tiempo. El cristal resbala mucho y puede provocar que el hámster se "aburra" al no poder escalar ni trepar; habrá que hacer mucho gasto en juguetes específicos.

Ventajas: si se escoge un buen tamaño, suelen tener el espacio suficiente para que el hámster corra y esté a sus anchas; en definitiva, que esté tranquilo. Como el cristal es totalmente transparente, podremos tenerlo localizado en todo momento para interactuar con él.


4. Jaula casera


Es el tipo menos frecuente pero el más eficaz. Se crea a partir de cajas de ordenación (generalmente de plástico) y rollos de rejilla de alambre.

Inconvenientes: el tiempo que te va a llevar hacerla y los costes de los materiales. Esto puede verse como un inconveniente o como una ventaja, ya que los gastos de los materiales suelen ser inferiores a los gastos que harías comprando una jaula chupi-guay de las antes mencionadas.

Ventajas: casi todas. Se pueden escoger diferentes tamaños según el tipo de raza que vayamos a tener, lo que nos asegura un buen espacio para el hámster. Creando las ventanas de los costados conseguiremos suficiente ventilación, tanto para su salud como para nuestra comodidad.
Fácil de limpiar: es una caja al fin y al cabo.



Existen muchos otros tipos, como los acuarios híbridos (el acuario en sí + barrotes) y muchos más. Estos son los cuatro tipos más básicos y los más encontrados en el mercado (excepto el último, que por ende no lo encontraremos porque tenemos que fabricarlo nosotros).

Esperamos que elijas la mejor opción para tu pequeña mascota. ¡Buena suerte!





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